a lo lejos.
La oscuridad tácita de la madriguera y la luz de la luna
tratando de colarse por el agujerillo de la persiana.
El aroma del café que ya no logra entusiasmarte.
Enredaderas de tela abrazan las piernas del cuerpo dormido.
Pesan hasta las venas.
No hay sabores que te enciendan,
no hay placeres que te tienten.
Te pides clemencia:
encogerte en el suelo,
sujetarte las rodillas,
y dormir.
Solo-s.
Sola.
Sol.
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