viernes, 12 de julio de 2019

Túa

Cuando las luces se apagaron y los párpados me pesaban, me acunó con sus palabras de tal modo que no pude evitar cerrar los ojos. Siempre hace eso, espera al momento en el que bajo la guardia, cuando el sueño empieza a poderme, para hacerme confesiones.

Así es él. Es torpe por naturaleza, dolorosamente sincero, carismático, divertido y muy independiente. Es una persona que no regala mentiras, siempre trata de hacer lo correcto. Es en esencia, una buena persona. Y yo, en mi complejidad y en mi cuerpo al que asolan demonios, yo, me he convertido en parte de él y él, en parte de mí. Hemos hablado durante largas horas - a él no le gusta hablar demasiado-, me ha cantado canciones, ha bailado para mí, me ha mirado con los ojos más felices solo al verme sonreír, me ha susurrado palabras que jamás podría decir en voz alta, me ha dado la mano y me ha dicho "te quiero". Nos hemos elegido el uno al otro como compañero de vida, como amante, como confidente y en definitiva, como persona que mejora la vida del otro. No estamos obligados, no somos la misma persona ni estamos obsesionados el uno con el otro. Bien es cierto que nuestra felicidad depende de la felicidad del otro pero de la misma manera que un padre no puede ser feliz si no ve a su hijo feliz, es esa dependencia de las personas que realmente amamos más que a nosotros mismos. Somos seres independientes que deciden unirse para aportarse cosas.

A veces, cuando me siento tan lejos de todo que incluso me alejo de él, olvido que soy yo la que está en esta vida por voluntad propia. Yo decido, él decide y decidimos estar juntos. Hemos vivido el enamoramiento, hemos vivido el mirar la luna y soñarnos. Hemos hecho el amor y hemos reído hasta la madrugada. Nos hemos cogido de la mano y nos hemos admirado en un barco. Esa etapa la hemos vivido, y sin embargo, en la confianza de nuestra casa donde nos relajamos cada noche, donde se espera que tras los años quizás no queden más de esos momentos me voy durmiendo y escucho:

"No te cambiaría por nadie en el mundo. Nunca."