domingo, 24 de mayo de 2020

Juntas

Puedo sentirla compacta cuando está húmeda, liviana y suave cuando el sol la calienta.La noto templada bajo mis pies, me quema.  Huelo las algas, el mar. Corro hacia las aguas cristalinas y no me para el frío que reaviva la circulación. El frío que a muchos para, a mí me alimenta.

Deseo con todas mis fuerzas estar tumbada bajo el sol, con los párpados calientes y el sudor empezando a asomar entre mis pechos, girar la cabeza para besar mi hombro salado. Jugar con la arena viendo cómo se deshace en pequeñas pelotitas. Encontrarme un palo pequeño y empezar a dibujar círculos. Quiero todo, quiero estar en las rocas buscando pozas y jugando a endurecer las lapas que las acompañan.

Necesito regresar a mi tierra, necesito volver a ser yo, viajar en el coche invadida por una sensación familiar: la admiración. Necesito recuperar las palabras y el arte, te necesito a ti; a ti y a mi.

Entonces remuevo las aguas con un alga entre las manos y vuelvo a verme allí; unos pocos años más en las espaldas y la misma niña dentro. Cuando me doy cuenta el cielo es naranja, huele a sardinas, a humo. Tengo que marcharme mojada, llena se salitre y plenamente feliz. Felicidad absoluta. Mi felicidad.