lunes, 13 de septiembre de 2010

cleptómana

Mil ráfagas de imágenes se entrecruzan en mi mente sin poder comprender que es lo que ocurre. Como gotas en un cuenco vacío se precipitan sin descanso entre memorias y diurnas sonrisas. Espectadora que no entiende los atisbos sentimentales que impulsan mis actos hacia una incansante melancolía tan solo interrumpida por mi propia respiración.

Entre las noches y los días se suceden en mi cabeza constantes paisajes protagonizados por un mismo trobador y sin a penas haber llegado a la consciencia me encuentro besando el frío cristal que separa nuestro mutuo pesar. Incómoda a veces permito que el viento se deslice entre ambos siempre permaneciendo el mismo silencio frágil y hermoso que adormece nuestro cuerpo y nos embauca, inteligente.

Muchos han sido y serán. Muchos abré conocido. Muchos se han quedado dormidos. Algunos son y no serán. Algunos los perderé en el tiempo de un camino separado. Algunos se despertarán para irse. Unos pocos serán y son. Unos pocos me darán la mano y se quedarán en mi corazón. Ellos morirán a mi lado.

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