lunes, 31 de julio de 2023

El cambio

 Mis recuerdos son como espinas que se clavan bien adentro, no duelen si no las tocas. Las palabras que un día me dijiste no parecen haber podido salir de estos mismo labios, los besos y las caricias no son de este cuerpo. 


Nunca pude imaginar que me conformaría por un amor mayor, por un amor tan fuerte y puro, tan inocente, que devastaría cualquiera de mis convicciones. A veces me siento en una noria infinita de la que quiero bajarme pero sostengo un cuerpo suave, una mano tierna y unos hoyuelos a los que no puedo fallarle. Debo esperar. 


A veces albergo la esperanza de que haya un cambio, de que la parte que nos hizo unirnos regrese para quedarnos y así poder ser algo incluso mejor que mi sueño. No está en mis manos, al menos no únicamente. Es bastante inquietante ver cómo se alejan de ti y tú no puedes hacer nada para evitarlo.

domingo, 24 de mayo de 2020

Juntas

Puedo sentirla compacta cuando está húmeda, liviana y suave cuando el sol la calienta.La noto templada bajo mis pies, me quema.  Huelo las algas, el mar. Corro hacia las aguas cristalinas y no me para el frío que reaviva la circulación. El frío que a muchos para, a mí me alimenta.

Deseo con todas mis fuerzas estar tumbada bajo el sol, con los párpados calientes y el sudor empezando a asomar entre mis pechos, girar la cabeza para besar mi hombro salado. Jugar con la arena viendo cómo se deshace en pequeñas pelotitas. Encontrarme un palo pequeño y empezar a dibujar círculos. Quiero todo, quiero estar en las rocas buscando pozas y jugando a endurecer las lapas que las acompañan.

Necesito regresar a mi tierra, necesito volver a ser yo, viajar en el coche invadida por una sensación familiar: la admiración. Necesito recuperar las palabras y el arte, te necesito a ti; a ti y a mi.

Entonces remuevo las aguas con un alga entre las manos y vuelvo a verme allí; unos pocos años más en las espaldas y la misma niña dentro. Cuando me doy cuenta el cielo es naranja, huele a sardinas, a humo. Tengo que marcharme mojada, llena se salitre y plenamente feliz. Felicidad absoluta. Mi felicidad.


viernes, 12 de julio de 2019

Túa

Cuando las luces se apagaron y los párpados me pesaban, me acunó con sus palabras de tal modo que no pude evitar cerrar los ojos. Siempre hace eso, espera al momento en el que bajo la guardia, cuando el sueño empieza a poderme, para hacerme confesiones.

Así es él. Es torpe por naturaleza, dolorosamente sincero, carismático, divertido y muy independiente. Es una persona que no regala mentiras, siempre trata de hacer lo correcto. Es en esencia, una buena persona. Y yo, en mi complejidad y en mi cuerpo al que asolan demonios, yo, me he convertido en parte de él y él, en parte de mí. Hemos hablado durante largas horas - a él no le gusta hablar demasiado-, me ha cantado canciones, ha bailado para mí, me ha mirado con los ojos más felices solo al verme sonreír, me ha susurrado palabras que jamás podría decir en voz alta, me ha dado la mano y me ha dicho "te quiero". Nos hemos elegido el uno al otro como compañero de vida, como amante, como confidente y en definitiva, como persona que mejora la vida del otro. No estamos obligados, no somos la misma persona ni estamos obsesionados el uno con el otro. Bien es cierto que nuestra felicidad depende de la felicidad del otro pero de la misma manera que un padre no puede ser feliz si no ve a su hijo feliz, es esa dependencia de las personas que realmente amamos más que a nosotros mismos. Somos seres independientes que deciden unirse para aportarse cosas.

A veces, cuando me siento tan lejos de todo que incluso me alejo de él, olvido que soy yo la que está en esta vida por voluntad propia. Yo decido, él decide y decidimos estar juntos. Hemos vivido el enamoramiento, hemos vivido el mirar la luna y soñarnos. Hemos hecho el amor y hemos reído hasta la madrugada. Nos hemos cogido de la mano y nos hemos admirado en un barco. Esa etapa la hemos vivido, y sin embargo, en la confianza de nuestra casa donde nos relajamos cada noche, donde se espera que tras los años quizás no queden más de esos momentos me voy durmiendo y escucho:

"No te cambiaría por nadie en el mundo. Nunca."

domingo, 12 de mayo de 2019

No sé

NO SÉ 

Ese beso que se perdió en las calles,
la retina en el cielo y dos almas separadas.
Los dedos tejiendo el collar invisible,
espejos en los que me miro deformada, pero bella.

Nos decíamos “hasta luego” con el dolor del fuego que quema una mano.
En la distancia mi mente nos emborronaba y solo sentía como me empujaban a un pozo lleno de barro.
Huesos, raíces, cadenas y fango. La lluvia mojándolo todo y yo en la ventana.
Mirarte en el cielo  en la noche cerrada y soñar por el día con dormir en tu espalda.

Dejar un mundo por ti, por nosotros. Abandonarlo todo por ganarnos, por ganarte.
Luchar sin medida, amar con el alma.

Y cuántas veces cuento tus lunares por la mañana, cuando el sol todavía está escalando.
Cuántas veces acaricio tu mano esperando la réplica que nunca llega.
Cuántas veces te miro dormido para acariciarte la cara, recorro tu imagen sintiéndome tuya, parte de ti;
Sostengo tu imagen durante el día e imagino como llenarte de plenitud, de felicidad.
Imagino besarte, mojarte, amarnos.
Imagino arrugas, sonrisas, recuerdos.
Dos niños, dos ancianos, uno.

Cuántas veces, ahora, siento tu distancia. 
Cuántas  veces, mi amor, me miras sin brillo.
Cuántas  veces, sin ganas, me acaricias por mi.
Cuántas  veces te veo darle a otros lo que antes era mío.
Cuántas  veces me duermo con la cara salada.
Cuántas  veces me escondo en el baño por no verme en ti.
Cuántas  veces te espero y no llegas.
Cuántas  veces, cuantas, estás y no estás.

Y no sabes vivir sin mi, y soy la mejor, y me quieres mucho, y... yo ya no sé qué decir, que sentir, que hacer, como vivir. 
No sé
No sé
No sé. El 

viernes, 19 de abril de 2019

La Fragua

Quiero ser tuya y no me dejas. Deseo olvidar todo lo que me está gritando que corra, acallar la voz que se mete en mi cabeza y me susurra que en ti anida el veneno. Pero no es tu veneno, es el mío.

Entre llamadas y distancia había sinceridad. Cada palabra era real, cada gesto, instintivo. Todo lo que decíamos tenía un sentido, nosotros. No existía el gesto impuesto, no se aceptaban las mentiras. Tus ojos me miraban y yo sabía que iba a ser tuya, no quizás tanto que tú serías tan mío. Tus manos jugaban con las mías y había deseo. Te reías, me mordías y yo era poderosa.

La música sonaba y en un contoneo uniforme me veía como protagonista de alguna película, una muy buena por cierto ya que tu atención era continua. Tus labios me susurraban secretos que hoy me martirizan. Me desarmaste para herirme lentamente. Me quitaste el escudo protector. No necesitaba nada más, podía estar sola. Me gustaba estar sola. Ahora esta imposición me quema porque no los tengo a ellos y no te tengo a ti. Cuanto más nos hemos acercado más lejos te siento, te lo dije unas páginas atrás.

Mi refugio, mi amigo, mi risa, mi persona favorita, mi niño, mi hombre, todo. Eres todo. ¿Y yo? Yo quiero ser tuya y no me dejas.

domingo, 17 de febrero de 2019

Mi vieja amiga

Ella sabe toda la verdad, recuerda cada instante de mi compañía y por eso la temo tanto.

Cada vez que noto sus brazos fuertes me pregunto cómo he llegado a esto, como he permitido que siente su alma sobre la mía. Ella es fuerte y perseverante, juguetona e inquieta. Le gusta dejarme sola, aliviada, para después volver a mi lado devolviéndome la necesidad de correr. El impulso férreo de salir huyendo. 

Es mis ganas y mi apatía, es mi dormir y mi despertar. Mi trampa invisible. A veces juraría que me mira con piedad, como si se arrepintiera de cada abrazo pero hace tiempo que he entendido que no puede dejarme sola, no existe la una sin la otra, de hecho, no existe nadie.

Quiero pedirle clemencia, una tregua, un respiro... pero entonces sufro ante la idea de llegar a no sentir nada.

martes, 20 de noviembre de 2018

La ciudad de la lluna

A veces me olvido de cómo me enamoraste. De tus colores, de la ilusión que me despertabas. 
Poco a poco te has convertido en una cadena que me sujeta fuerte. Quiero recuperarte porque los más bellos sentimientos me los diste, sobrevolándote, bañándome en tus aguas, viendo tu luna desde lejos...